Hace algún tiempo, cuando comencé de forma “oficial” mi trabajo en la misión estudiantil, un amigo me recomendó que escribiera lo que iba
viviendo y aprendiendo en este camino porque de alguna forma podría ser útil para
otros o para que yo misma pudiera ver mi camino recorrido. Escribir es algo que
siempre hago, sólo escribiendo puedo ir comprendiendo el mundo a mi
alrededor, pero escribir para que otros
lean lo que escribo es algo muy diferente.
Me decidí a escribir porque creo que lo necesito; Sí, lo sé…
no parece una gran razón, ni tiene mucha nobleza, pero es simplemente eso. Creo que necesito compartir lo que siento mío,
necesito ser testigo de las cosas simples y sencillas que me llenan de esperanza
y que espero, que de alguna forma,
traspasen esa esperanza a alguien más.
Han pasado meses desde esa recomendación de escribir (que no considere mucho en un
principio), pero hoy comienzo con esto y vamos a ver con el tiempo cómo me va. Pero
a pesar de cómo me vaya expreso en palabras de Gabriela Mistral mi sentir de este
momento y que espero sea el sentir que permanezca en mí durante todos mis
tiempos:
“Maestro… Yo no buscaré sino en tu mirada la dulzura de las aprobaciones”
No hay comentarios:
Publicar un comentario