¿Quieres ser alguien en la vida? ¿Quieres
hacer algo que te dé satisfacción por resto de tu vida? ¿Quieres ser grande? Y
está esta decisión que debes tomar sobre tu futuro ¿Qué voy a hacer? ¿Estudiaré
o no? ¿Qué voy a estudiar?... no es fácil… ¿Verdad?
Hay algo que debes considerar primero: Tú no
eres lo que estudies, Tú no eres el trabajo que realices, Tú no eres las metas
que pretendes cumplir de aquí a algunos años… eso no es lo que tú eres, aunque
es una ‘parte’ de lo que eres y serás. Tú no sólo serás alguien, tú ya eres
alguien. Tú eres un ser hecho a imagen de Dios y eso es lo que seguirás siendo
el resto de tu vida. Partiendo de esa base lo que decidas sobre tu futuro no
cambiará lo que eres, irá definiendo el cómo y quizá, también, el dónde
desarrollaras una parte de tu vida.
Ahora, el trabajo no es sólo una actividad
que realizas, es una bendición dada por Dios para los hombres. En el libro de
Génesis donde se relata en prosa y verso el inicio de todas las cosas encontramos
el origen del ‘Trabajo’. Dios realiza su acción creadora, crea un universo,
crea a los hombres y les da una tarea “labrar y cuidar la tierra”, les da una
actividad que les permite interactuar con todo lo creado cuidándolo y
obteniendo un futo de ello. Cuando Dios le da esta tarea a los hombres, el
texto bíblico inicia diciendo “Dios los bendijo y les dijo:…”. El trabajo es esta
labor, dada como bendición por Dios, en la que nos relacionamos activamente con
nuestro entorno y que nos permite obtener nuestro sustento.
Considerado todo esto, nos encontramos ante
tu interrogante ¿Qué hacer? ¿Qué opción tomar?... pues para poder responderte a
ti mismo eso hay otras preguntas que debes hacerte antes ¿Por qué quieres
estudiar? ¿Para qué quieres estudiar? ¿Esto tiene algo que ver con tu vocación?...
y aquí va este tema, “Vocación” ¿Qué es la vocación? ¿Cuál es tú vocación? ‘Vocación’ palabra que viene del latín que,
según el diccionario, significa: ‘Inclinación que siente una persona hacia una
profesión o forma de vida’. Pero como saber ¿Cuál es nuestra vocación? O si
¿Esto que estas decidiendo es a fin con tu vocación?
Buscando una respuesta escuchamos muchas
voces, las externas y las internas. Entre tantas voces uno comúnmente se pierde
y confunde, en momentos como estos donde decidir parece algo urgente las voces
se hacen más fuerte y también más hostigantes. Por eso debes distinguir que
escuchar y que no escuchar.
Hay voces que te dicen que no eres capaz, que
tú no tienes las habilidades o el potencial, que esto es demasiado para ti.
Esas voces te hacen mirar hacia tus fallos y ver que, quizá, tú realmente no
tienes las capacidades. Las voces dicen -Eso que quieres estudiar, eso en lo
que quieres trabajar ¡No es para ti! es mucho- Hay otras voces que te dicen que
las capacidades que tienes no son tan valiosas, que aquello en lo que te
desarrollas o te quieres desarrollar no es tan válido como otras cosas de “más
valor”. Las voces dicen -Eso que quieres estudiar, eso en lo que quieres
trabajar ¡No es para ti! es muy poco- ¿Has estado escuchando esas voces?
Pues sabes, eres a imagen de Dios, un Dios
creador, un Dios creativo, un Dios que posee todas las habilidades y
capacidades que puedas imaginar. Y tú eres a imagen de Él, eres creado con la
potencialidad que Él tiene y ha puesto en ti dones y habilidades. El texto
Bíblico nos dice: “Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe
tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe
que Dios le haya dado.” (Romanos 12:3) Parafraseémoslo en una versión
alternativa e igualmente valida, podemos decir: “Nadie tenga un concepto de sí
más bajo que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con
moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado”. Dios te llama a
reconocer y celebrar tus habilidades. No tengas una imagen equivocada de ti te
ha dado dones y habilidades ¿Los conoces? ¿Sabes cuáles son? (busca saberlo).
Hay voces que te hablan de éxito, te piden
que tengas éxito ¿Pero cuál es el éxito del que te hablan? El éxito de esta
sociedad actual es el “económico”, así que te sugieren que al pensar qué camino
tomar ‘la ganancia económica’ sea tu prioridad. Otra forma de éxito en nuestra sociedad
es “la posición social”, así que te sugieren que al pensar que decidir ‘el
renombre social’ sea tu prioridad. Estas voces te sugieren que lo más
importante es cumplir con los estándares de esta sociedad y que el disfrutar de
lo que hagas no es tan relevante ¿Has estado escuchando estas voces?
Sin duda debes pensar en las ganancias
económicas, pues vivirás de esto; pero qué triste sería pensar sólo en esto y
no atender como prioridad a aquellas habilidades y capacidades que Dios te ha
dado. Un texto que hace poco leí se refería a la frase de una película -“Es
triste que los pájaros no puedan volar.”- Si nos han sido dadas alas para
planear y balancearnos con el viento, nuestro destino es volar. No es justo que
privemos a la humanidad de la contribución única que nuestra vida puede hacer.
El no poder ser lo que fuimos diseñados para ser es no vivir.
Hay voces que te dicen en quien debes pensar
a la hora de decidir. Te dicen que debes pensar sólo en tus deseos, pues
desarrollarte en lo que te provoca placer es lo adecuado, que dedicarte a lo
que te permita cumplir con ‘La ganancia económica y el estatus social’ que tu
deseas es lo más importante; incluso si esto te lleva a ignorar al resto de las
personas. Quizá hay voces que te dicen lo contrario; te dicen que debes pensar
en los demás, pues el bienestar del resto y su felicidad es lo más importante;
incluso si esto te lleva al auto-sacrificio de aquello que deseas hacer ¿Has
estado escuchando estás voces?
Ambas cosas que esas voces te sugieren: ‘sólo pensar en ti sin pensar en los demás’ o ‘sólo pensar en los demás sin pensar en ti’ están fuera de lo que Jesús mismo nos ha dicho “Amar al prójimo como a uno mismo” Es imposible que puedas amar al resto no amándote a ti (pensando en ti) y si te amas a ti (piensas en ti) tu tarea estará completa amando a los otros (pensar en los demás). De manera práctica; ‘Si decides estudiar y/o trabajar en aquello que amas, en lo que tienes habilidad, pero no has pensado como puedes aportar a tu sociedad con ello’ o ‘Si decides estudiar y/o trabajar en algo que ayude a tu sociedad, en lo que tienes habilidad, pero no es lo que amas’ estarás decidiendo por un amor incompleto.
Ambas cosas que esas voces te sugieren: ‘sólo pensar en ti sin pensar en los demás’ o ‘sólo pensar en los demás sin pensar en ti’ están fuera de lo que Jesús mismo nos ha dicho “Amar al prójimo como a uno mismo” Es imposible que puedas amar al resto no amándote a ti (pensando en ti) y si te amas a ti (piensas en ti) tu tarea estará completa amando a los otros (pensar en los demás). De manera práctica; ‘Si decides estudiar y/o trabajar en aquello que amas, en lo que tienes habilidad, pero no has pensado como puedes aportar a tu sociedad con ello’ o ‘Si decides estudiar y/o trabajar en algo que ayude a tu sociedad, en lo que tienes habilidad, pero no es lo que amas’ estarás decidiendo por un amor incompleto.
Hay voces que definitivamente no deberías
escuchar. Pero hay otras que sí, que se hace imperante que las escuches ¿Cuáles
son estas voces? La voz de tu interior y, principalmente, la de Dios. Si
sintonizas tu oído, desechando las demás voces, y escuchas la voz de Dios que
habla en tu interior puede llevarte a encontrar una “Vocación más auténtica”
que es “Hacer lo que amamos y amar lo que hacemos, comprobar que tenemos y
podemos desarrollar las habilidades para ello y visualizar claramente los
propósitos de servicio y solidaridad con una comunidad mayor”. Tu identidad
vocacional, es decir, la inclinación y preferencia por cierta profesión o forma
de vida, se ha ido desarrollando desde tu infancia hasta hoy y no podemos
desconocer que Dios allí también ha estado.
Tú eres a su imagen, a la imagen de un Dios
que creo y tiene todas las habilidades, capacidades y pasiones y Él te habla en
aquellas que tú has desarrollado. Parte fundamental de que la imagen de Dios
sea restaurada en nosotros es sintonizar nuestra vida cada vez más con nuestras
verdaderas pasiones, habilidades y oportunidades de servicio. Busca estar en
sintonía con tus verdaderas pasiones, habilidades y oportunidades de servicio.
Escucha la voz de Dios que te habla a través de tu propio disfrute, que te
habla a través del sentido de amor e importancia que tiene para ti aquello que
en tu interior sabes que deseas estudiar y/o trabajar.
Dios te habla a través de tu propio gozo. Si
deseas balar, baila con gozo y para que los demás se gocen; si deseas
construir, construye con amor y para que los demás puedan disfrutar de aquello
que has construido; si deseas enseñar enseña con pasión y para que los demás
aprendan. Dios es el Dios del baile y de la música, de la creatividad y de la
construcción, de la sabiduría y de la capacidad de aprender. Tú eres a imagen
de Dios.