Volví hace algo más de una semana de mi viaje y he debido
tomar decisiones que para mí son, realmente, importantes. Decisiones que no me
han sido fáciles porque optar por una cosa implica dejar otra y porque en la toma de decisiones he debido
sopesar que es lo más importante para mí, pero al tomar estas decisiones intente llevar
a mi vida cotidiana las lecciones que he aprendido y que en el día a día voy re-definiendo. La que hoy se hace más latente es esta:
Mientras estuve en Venezuela me enfrente a este relato “En
cierta ocasión 3 hombres se acercaron a Jesús con la intención de seguirlo, uno
por uno manifestó su intención y Jesús les dio una respuesta que de seguro no
esperaban Al primero dijo: Los hombres (o mujeres) no tendrán
donde poner la cabeza; al segundo dijo: No entierres a tu padre, ve y predica
el evangelio; al tercero le dijo: No te vayas a despedir de los que están en tu
casa”.(Lucas 9: 57-62).
Al leer esto yo me dije a mi misma: ¿Eso le respondió Jesús
a estos hombres que estaban dispuestos a seguirlo? ¿Acaso Jesús se contradice? ¿No
es este el mismo Jesús qué dice que debemos amar al prójimo como a nosotros
mismos y más aún como el mismo nos amó? Si para seguirlo debo abandonarme a no
suplir mis necesidades… ¿cómo amaré a otros como a mí misma? Si para seguirlo
debo dejar a mis padres y a los de mi casa… ¿Cómo amaré a mi prójimo? ¿No son
mis padres y mis seres queridos mis prójimos más cercanos a los que debo amar?
Entonces replantee lo siguiente: Al primero le dijo que no
supliría sus necesidades, pero Lucas 12 (22-31) dice que nuestro Padre sabe de
qué tenemos necesidad, así que nosotros no nos preocupemos; sino que busquemos
su reino y su justicia y lo demás será añadido. Conclusión: Jesús no se puede
estar refiriendo a que al seguirle necesariamente estará desamparado y sus
necesidades básicas no serán suplidas. Al segundo le dijo que no fuera a dar
sepultura a su padre, pero Efesios 6 (2 y 3) dice que se debe honrar a los
padres y que este es el primer mandamiento que tiene una promesa añadida (tener
larga vida). Y sabemos que dar sepultura, en esa cultura y en la nuestra es
honrarlos. Conclusión: Jesús no puede estar refiriéndose a que deshonre a sus
padres o los abandone. Al tercero le dijo que no se fuera a despedir de los de
su casa para que anunciara el reino, pero debemos proveer para los de
nuestra casa primero, ejemplo de ello es lo que dice 1° Timoteo 5 (8), refiriéndose al apoyo económicos, si alguien da
ofrenda al templo y no provee primero para los suyos es un hipócrita. Conclusión:
Jesús no puede estar refiriéndose a que debe ver por los demás antes que por
los de su casa.
¿Qué quería decir Jesús? Y fue cuando recordé que en los
versículos anteriores los discípulos discutían sobre quién era el mayor y Jesús
intento que ellos entendieran qué era ser su discípulo, entonces lo de estos
tres personajes no era diferente. Si querían seguirlo (ser sus discípulos)
debían entender algo y eso era “Que aquel que mira atrás al poner la mano en el
arado nos sirve para el reino” (Luc 9:62) “Que aquel que no deja TODO no puede
ser su discípulo” (Luc 14:33).
¡Rayos! (Pensé), quiere que lo deje TODO… y recordé: “Donde
está su tesoro está su corazón”. Jesús no les dice eso porque se deba dejar a los seres
queridos y debamos ser mendigos por la tierra, sino porque Él los confronta con
aquello que es su tesoro. Esas cosas eran lo que estaba en primer lugar en sus corazón. Ellos no podían servir para el reino y ser discípulos, no porque
fueran discriminados, sino porque si Jesús no es lo primero en el corazón, simplemente, estaremos limitados para ser verdaderamente sus discípulos.
Esto me puso en la siguiente encrucijada: “Donde está mi
tesoro esta mi corazón” ¿Cuál es mi tesoro? ¿Qué habría dicho yo si hubiera
sido uno de ellos? ¿Qué ocupa el primer lugar en mí corazón?... y me dije:
¿Cómo puedo saber eso? y automáticamente me respondí: Sin considerar a Dios en esta pregunta ¿Qué es aquello que no
quisiera dejar nunca? Eso es lo primero en mi corazón… lo supe enseguida, creo
que durante toda mi lucha con el texto lo supe y aun así me sentía sorprendida
y avergonzada de que el primer lugar en
mi corazón no lo tuviera Jesús.
Pero hay algo que realmente me animó y que hoy me llena de
esperanza. La palabra no dice si estos tres estuvieron dispuestos a dejar TODO
para que Jesús tomara el primer lugar, pero sí dice en el capítulo siguiente
(Luc 10) que 70 personas SÍ estuvieron dispuestas a dejarlo todo.
Al volver a Chile hubo una decisión más difícil que todas las
otras y lo fue porque tenía que ver con aquello que en mi enfrentamiento con el
texto había descubierto que ocupaba uno de los primeros lugares. No fue fácil decidir
en actos concretos que Jesús tomará el primer lugar y sé que a lo largo de la
vida deberé seguir decidiendo por Jesús (y no con menos dificultad) en eventos a destacar (como lo fue este
para mí) y sobre todo en la vida cotidiana.
Pero cuando esos 70 estuvieron dispuestos Jesús les dijo y
nos dice hoy: (Luc 10:2) “La necesidad es mucha y los dispuestos son pocos,
pero oren al Señor para que envíe a más que estén dispuestos”. Oremos, para que
envíe a más, oremos para que nos envíe, oremos para que estemos dispuestos.
Oremos para que Jesús tenga el primer lugar en nuestros corazones.
“Donde está mi tesoro
esta mi corazón”
“Donde está tu
tesoro
esta tu corazón”